María Magdalena, Salomé, Jacobea… Más allá de su imagen clásica, forjada durante siglos, en realidad sabemos muy poco sobre los acontecimientos reales y la fuerza que llevaron a estas tres primeras discípulas de Cristo a cruzar el Mediterráneo para irse a vivir y a enseñar a las costas del sur de la Galia.
El subtítulo de este libro, «De Galilea a la Camarga», resume bien la inmensa búsqueda del Espíritu y el poder del Soplo que animaron a estas tres mujeres extraordinarias, pero con una vida muy diferente de la de aquellas «santas» de las que habla la tradición.
En esta obra, Marie Johanne Croteau nos permite acompañarlas durante su travesía por un mar incierto, así como después, en los años que estuvieron transmitiendo pacientemente esa onda de sanación crística en un pueblo de pescadores y labradores sencillos y de corazón abierto. De esta forma, la autora da respuesta a multitud de interrogantes y colma un vacío histórico.
A través de este relato, tierno y apasionante a la vez, todo un bálsamo para el corazón, descubriremos el culto celta a Belisama, la diosa madre, y el misterio de Marta en aquel pueblecito de la Provenza que hoy se llama Tarascón. También veremos cómo poco a poco, de maneras a veces inesperadas, la palabra crística fue acogida en una tierra nueva.
Introduciéndonos de forma rigurosa en la memoria del tiempo a través de la mirada de Salomé —Shlomit—, la autora nos invita a descubrir la verdadera naturaleza del Soplo que sana cuerpos y almas. Un Soplo que, dos mil años más tarde, sigue interpelándonos y maravillándonos.
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